Leo mis columnas. Es increíble cómo funciona esto de la escritura y cómo me reflejo. No me gusta lo que veo: repetitivo, latero,penoso, sumido en una mala onda que da verguenza ajena, autorreferente hasta decir basta. Pido disculpas, no ha sido a propósito; he pasado por un mal momento, ésa es la verdad.
Digamos que tengo 29 años y los últimos 6 los pasé con una mujer con la que estuve a punto de casarme.Me dejó después de innumerables aventuras en este lado del atlántico y más allá también. Reconozco que el tema es bastante desagradable y embarazoso. Me llegó hasta la médula, porque como soy tan egocéntrico y me creo de lo mejor, no supe cómo reaccionar.
-Qué bien, linda chica, pero no te vayas a casar con ella eh-
Todo esto es mi culpa,ay Johnny, si tan sólo te hubiera escuchado esa vez mientras caminábamos por la Avenida de Mayo.
Ola , sé que estás leyendo esto, aunque te cueste reconocerlo. Aprovecho de decirte que ya estoy curado de espanto, que maldita la hora en que te invité al Gibraltar , que no debiste tomarme atención cuando te convencí de dejar al infeliz de Diego, y que te deseo lo peor. Es una lástima, porque tenemos un vínculo que durará para siempre, pero al menos estoy feliz de que estés bien lejos. Sé que consideras que escribir sobre tu rubia humanidad y exponerlo al público es la quintaesencia del mal gusto, pero ésta, querida, es una oportunidad que no puedo dejar pasar.Y No me importa.Ahora me toca a mí.
Como dijo uno de los personajes de Vargas LLosa en "la ciudad y los perros", enamorarse es una porquería. Uno anda hecho un pelotudo y no se preocupa de sí mismo.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Publicado por Ale en miércoles, septiembre 24, 2014