domingo, 23 de septiembre de 2007


Chucha, y esa noche por las ventanas del auto miraba como tonto hacia afuera para ver si te encontraba...cuando pasábamos por alguna parte conocida, trataba de convencer al resto de que era un buen lugar. No hacía más que buscar excusas para bajarnos y ver si te veía ahi, hablando, como sé que te gustan esos bares...
El Negro y sus amigos hablaban y hablaban ,y yo me lamentaba por no llevar mi notera y escribir cada una de las huevadas que decían, parecían tan divertidas a esas alturas.De cualquier modo, sin la notera las olvidaría.Los niveles de ron a esa hora comenzaban a causar estragos.
Me conformé con tratar de recordar las luces de Santiago y su noche bohemia, que poco a poco acababa conmigo, sumergiéndome en el limbo de siempre.
Hay veces en que uno siente que las heridas sanaron,y se experimenta un poco de alivio.Otras, sientes que no puedes olvidar cada una de las cosas que pasaste, los errores que cometiste y como los resolverías ahora ,y puta que cuesta...
Sólo necesito decir un par de cosas para tí, aunque quizá sea tarde y el tiempo nos aplaste como un bloque de mármol. Y otra vez tú Babilonia, vuelves a joderme.
Como una droga, así, por la sangre te me metiste. Nunca fui el mismo desde que te conocí.
Mis ojos se humedecen un poco.Una sensacion de escalofrío al principio , y luego te estabilizas. Y se pasa. Y vuelve de nuevo. Y me acuerdo del Negro y doy gracias por tener amigos como él, que siempre, pase lo que pase , estarán ahi, acompañándote.
Me acuerdo mucho de esa calle, la de los grandes árboles.
Algún día la bicicleta roja volverá a pisar esos adoquines.

Real Time Analytics